Según una leyenda por la trágica historia de amor de la princesa Ayorea Anahí y el conquistador español, don Felipe de Urriola y Goitia, que se convirtió en su esposo. El cacique les dio autorización para casarse y como dote le entrego un yacimiento del cristal bicolor. El español no le prestó atención. Su interés estaba dirigido al oro y la plata.
Cuando la princesa y su esposo planeaban viajar a España, la historia cambió. Al enterarse la tribu de sus planes y para evitar el abandono, decidió sacrificar a Anahí. Herida de muerte, pasó los últimos minutos de su vida en los brazos de su esposo. Y cuando las fuerza comenzaron a abandonarla, colocó entre las manos del español, un tesoro que solía llevar en el pecho. Urriola y Goitia lo apretó en el puño.
Al morirse la princesa, el hombre abrió la mano y se encontró una perfecta gema bicolor. Ese minuto comprendió que los dos colores representaban el corazón de Anahí dividido en dos: el amor a su pueblo y a su esposo.
La tan especial unión indisoluble que representa el Citrino con la Amatista, hace de La Bolivianita la piedra del amor eterno.